viernes, junio 08, 2007

LO TRISTE

Una estupida me rodeó para hablar de mí como si no estuviera.
Cuestionó mis ideas,
mi locura,
mi revolución interna.

Destrozó mi inocencia.
Juzgó lo que les conté.
No me importaría tanto si no fuera por que es gente a la que estimo.

Sucede que para su limitada mente no soy el de antes.
Que soy un personaje.
Que no soy yo mismo.

Que debería tener mas tiempo para mí,
y que rallaré mas temprano que tarde en la demencia si no me detengo.
Que soy un extremista.
Que hago daño.

No pudieron ni me van a comprender.
Al pensamiento hay que colocarle ciertos limites.
No podemos descubrir la gran conspiración que nos rodea de un solo golpe.

Recuerdo haberme sentido estafado al saber que existían los números negativos en una clase de matemática de un grado ya lejano y púber.

En ese instante sentí que me habían mentido toda mi vida y estuve a punto de renunciar al conocimiento y al existir: hoy lo agradezco.

Si me hubieran contado a los 6 años que hay gente tan mala y tonta que es capaz de arruinarle el día juzgando a los demás como en un tribunal televisado de un país caribeño me hubiera suicidado en ese mismo instante.

Nadie entiende muy bien por que estamos aquí, ni nadie le puede dar respuesta a mi sospecha que todo esto es una mala broma de un Dios que disfruta de nuestro paso por la casa de la risa, transformándose en el único que rie del chiste de tener a un buen hijo de familia controlado por médicos y en el de un adolescente con ego torturado por sus pares.